Desde que la humanidad tiene conciencia, el hombre ha cuestionado su origen, y la ciencia ha tratado de explicar la formación del universo y cómo surgió la vida en el planeta Tierra. Al respecto han surgido una infinidad de teorías que hoy en día son insostenibles, sin embargo los gobiernos no le han dado mucha importancia a lo desconocido, a lo que navega por el cielo y lo que se encuentra en el fondo de los océanos, además, a los descubrimientos que han surgido bajo la tierra, se le ha colocado una venda de negación a los científicos, académicos y arqueólogos.
Cuando vemos las evidencias claras de que nuestros ancestros dedicaron su vida a edificar construcciones, a estudiar el cosmos, pero también a tallar esculturas y estelas de seres muy diferentes a la raza humana como misión de vida, observamos que en el mejor de los casos la ciencia no las reconoce como piezas arqueológicas o niegan su existencia y en algunos otros ha llegado hasta la destrucción de esas huellas de nuestro pasado, y muy posiblemente están borrando la historia de nuestro origen.
Esto no es otra teoría más o una historia alternativa ni una arqueología prohibida, es nuestra historia la cual apenas empezamos a comprender, los mitos que nos han contado y la ciencia ficción se está convirtiendo hoy en la historia real, tenemos mucho que descubrir y comprender, si abrimos los ojos y la mente a las evidencias.